
Los primeros relieves significativos proceden del templo de Artemisa en Cércira (Corfú), que se datan en las primeras décadas del s. VI a.C.
Como es habitual en estor primeros momentos las metopas exteriores no presentaban decoración, y al igual que ocurre en el templo de Prinias, se han encontrado fragmentos de esculturas que decoraban la entrada de la cella y dentro de la columnata exterior.
En templo identificado con el culto de Artemisa es el más importante de la Corfú helénica y su denominado frontón de la Gorgona uno de los más importantes y mejor conservados de esta etapa arcaica. Se recuperaron los dos frontones, aunque uno de ellos esta mejor conservado, en el centro aparece una Gorgona de gran tamaño (unos tres metros de altura) cuyos brazos y piernas reproducen la imagen de una esvástica, semiarrodillada en la representación convencional del movimiento o la carrera, una de las rodillas, la posterior, roza el suelo, forma de representar el movimiento rápido. La Gorgona está franqueada por dos leopardos que tienen la cara vuelta hacia el espectador.
Estas tres grandes esculturas centran la atención del espectador, sin embargo junto a ellas se encuentran otras dos pequeñas imágenes que representas a un caballo alado y a un joven, que miran hacia el espectador. Tras el leopardo situado a la izquierda se encontraba, hoy desaparecido, un hombre que proyectaba una lanza hacia una figura sedente, tras este aparecía un cadáver. Conservando la simetría de la composición, en el otro extremo se representaba a Zeus sin barba, semiarrodillado, lanzando un rayo, de nuevo mostrando la cabeza hacia el observado. Posiblemente, tras él, debía encontrarse un cadáver.
La Gorgona en este momento no es la criatura malvada del mito posterior, aquí, junto a los animales salvajes cumple la función de guardianes, como en el resto de los frontones arcaicos.
El rostro de la Gorgona, denominado gorgoneo, aparece en el arte griego por influencia oriental, a comienzos del s. VII a.C. y cumple una función protectora, posteriormente se identificara con el mito de Medusa, sus dos hijos: Pegaso, el caballo alado y Crisaor, su hijo humano, y Perseo.
Es posible que este frontón el caballo alado y el joven sean los hijos de la Gorgona, y estemos ante el nacimiento del mito.
Aunque las figuras centrales, la Gorgona, Pegaso y Crisaor parecen ser identificadas con claridad, las figuras laterales son más confusas. La opinión más aceptada es la que afirma que nos encontramos ante una de las primeras Titanomáquia, la lucha ancestral entre los jóvenes dioses, capitaneados por Zeus contra los titanes, aliados de Cronos.
Detalle de uno de los cadáveres, Templo de Artemisa en Corfu
Los cadáveres de los extremos serían dos titanes muertos, y los grupos se identificarían con Zeus amenazando al gigante Japeto y la figura sedente podría ser Rhea o Cronos amenazada por Poseidon, aunque otra interpretación afirma de es el anciano rey de Troya, Priamo amenazado por Neoptolomeo, con lo cual nos encontraríamos con otro tema mitológico la Iliupersis, el saqueo de Troya.
Obviando las interpretaciones, se trata de la representación mas antigua de un hecho mitológico, en el cual la Gorgona esta plenamente integrada en una narración mítica.
Aunque todos identifiquemos el Partenón como un templo grandioso, no era el mayor, de hecho el templo de Artemisa de Corfú es el mayor de los templos dóricos de toda Grecia. Este templo fue edificado a principios del s. VI a.C. (585 a.C.). A parte de conservarse el frontón descrito anteriormente, que es el occidental, se conserva gran parte de su planta y algunos elementos de su alzado.
Sus espectaculares dimensiones: 46,6 m. x 22,4 m. le acercan a los tempos de la Magna Grecia y Sicilia. En este edificio se comienzan a configurar algunas de las soluciones que se aplicaran mas tarde en la arquitectura dórica, tanto en la planta como en la distribución de las columnas, ocho en los lados cortos y diecisiete en los laterales.
Se aprecian amplios intercolumnios y las columnas son de tales proporciones que empequeñecen el entablamento y el resto de los elementos sostenidos.
El capitel dórico de sus columnas presenta un amplio equino y un ábaco muy alto, con una corona de hojas colgantes, que estaba pintada en brillantes colores.
Se debe precisar que la corona foliar es un elemento local de la arquitectura de esta isla, que aparece en otros monumentos, como el funerario de Xenvantares.